¿Héroes o cobardes?


¿Héroes o cobardes?


Y es que todos llevamos dentro
un héroe y un cobarde.

Los dos saben nuestros miedos,
y los dos trabajan con fuerzas iguales.
Es un pulso diario
entre bríos y debilidades,
¿Quién grita más alto?
¿Quién consigue el tanto?
¿Quién gana el asalto?

Ciegos de pasión o de interrogantes,
luchadores o inoperantes,
sin corazas o en refugios paralizantes.
Nuestras acciones trabajan
con martilleo constante,
esculpiendo a veces villanos
y otras valientes,
y al final sale el hombre,
en unas cosas enano,
y en otras gigante.


¿Semillas de sabiduría?

Semillas de sabiduria



Viento de ideas, llenas de espacio enriquecido
edificios invisibles...
ciudades nuevas,
se construyeron dentro,
con lo que vino de fuera.

Allí...atmósfera privilegiada,
magia de intimidades abiertas...
al oír palabras de galaxias ignotas,
se levantaron casas, gabinetes, cabañas,
se derrumbaron muros, paredes, murallas.

El lenguaje líquido,
se convirtió en agua,
cada mente, sumergida en palabras,
hizo un viaje hondo, lejos...

Allí donde la sabiduría,
fue brisa suave y pequeña,
se abrieron ventanas,
horizontes nuevos,
que no habían sido
nunca antes descubiertos.

Verano


Verano

Se remangó primavera,
y amaneció verano.
Se descalzó las nubes
extendiendo grano a grano
arena, caliente y seca.

Con mirada serena
se puso a descoser
preocupaciones secretas.
Hilvanando paseos,
desanudó cansancios,
verano explícito.

Anudó a las olas... viento sur;
al horizonte, al cielo,
al mar, a tus pupilas...
los llenó de azul.
En horas de siesta,
deslizó luz
por rendijas, ventanas, almas...
Con cada día verano,
trajo calor,
ganas de fiesta.

Jugando con niños,
hizo castillos, puentes, columpios,
Se enredó en melenas, colas,flequillos...
decoró con pecas,
manos, caras, brazos, piernas
de mujeres, hombres, chiquillos...

Sacó de su baúl,
noches serenas,
de calor sin chal ni chaqueta,
Y despertó cada mañana,
amanecer amarillo.

¿Dónde gestiona el entusiasmo?

Entusiasmo


¿Dónde se gestiona el entusiasmo?
¿Y de dónde vino?
¿Y qué se llevó por delante
cuando estuvo activo?

¿Dónde se gestiona el entusiasmo?
Lo vi brillando delante de mi,
en ojos, en bríos, en gente
de verás lo ví.

¿Dónde se gestiona el entusiasmo?
Le oí respirar,
jadeante, pero sin angustia
Le ví mirar,
intensamente, queriendo abarcar
Le observé hacer
y le ví conseguir.
Le sentí vibrar,
y me quise contagiar.


Cuando se oyó que aquel hombre perdonaba...

Gary Ridgway crying


"Para empezar, los crímenes de Ridway eran, a todas luces, monstruosos, tanto en lo relativo al número, abultadísimo incluso para un asesino en serie, como a los abusos previos a los que sometía a sus víctimas... De hecho, durante las vistas, mientas escuchaba las delaciones de labios de sus madres, padres o hermanos, se mantuvo entero, inconmovible, imperturbable; podría decirse que aburrido.

¿Sin signos de arrepentimiento, mediando materia tan grave y asegurando los forenses que era plenamente capaz de distinguir entre el bien y el mal, era posible que el Estado mostrara compasión? ¿Podía la sociedad manifestarse clemente ante un ser de esa calaña? Los familiares de las mujeres asesinadas estaban seguros de que no. Sus protestas, sin embargo, no lograron su propósito: el asesino evitó la silla eléctrica. Aunque no se puede decir que hubiera un total consenso.
Y quien disentía no era, precisamente, el fiscal.
Hubo una persona, un hombre de nombre Robert Rule, padre de Linda, una de las víctimas que contaba dieciséis años cuando Ridway la mató, que no participó en las manifestaciones ni lloró rabioso por perderse el espectáculo de ver morir al asesino de su hija, apenas una niña. De hecho, durante ese juicio, sorprendió a todos los asistentes comportándose de un modo peculiar. Cuando le correspondió subir al estrado para ofrecer su testimonio, miró al asesino directamente a los ojos y le dijo:
- Míster Ridway: hay mucha gente aquí que le odia, yo no soy uno de ellos. Y perdono todo lo que usted ha hecho... Dios dice que perdonemos, pero no a ciertas personas, a todas. Por tanto, usted está perdonado.
Al escuchar estas palabras, el frío calculador asesino pareció despertar del sueño interior en el que se encontraba desde que comenzó el proceso y, por primera y única vez, levantó la vista, miró al estrado, se emocionó y dejó escapar una lágrima.
You are forgiven, sir."

Del Libro de Reyes Calderón Tardes de Chocolate en el Ritz, dentro del capítulo Amores fallidos.

Valor




Recientemente visité en León el Centro de interpretación del León Romano. 
Allí Flavio me alentó 
a seguir en las lides de la vida.