Consolación


“Si un día el dolor llama a tu puerta no se la cierres ni se la atranques: ábresela de par en par, siéntalo en el sitial del huésped escogido, y sobre todo no grites ni te lamentes, porque tus gritos impedirán oír sus palabras, y el dolor siempre tiene algo que decirnos. El dolor siempre trae consigo un mensaje y una revelación”.

Nini Salvaneschi

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